lunes, 21 de enero de 2008

El barco

Parece que el barco no se hundió después de todo. El jueves fue la primera reunión de los miembros: tres personas soñadoras que quieren hacerla en grande.

Quizá mi visión del asunto sea muy romántica, pero desde el jueves me levanto emocionada. Mientras me lavo los dientes me pregunto cómo será. ¿Cómo viviremos? ¿Qué comeremos? Me imagino respetando las manías ajenas y tal vez las respeto un poco desde ahora.

Me da miedo también. Miedo de estar lejos de mi casa. De vivir lejos de mi familia, pero al final gana el hambre de ver el mundo, de vivir la vida, de lo que me llama como si ya me hubiera visto y me diera la bienvenida.

Ya me comen las ansias.

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