¿Ya sintieron el calor? La ropa se pega al cuerpo. Y luego en esta ciudad que es verdaderamente un hormiguero, peor aún. Hoy me levanté temprano porque tenía que llegar al taller de cuento. Me puse una blusa fresca porque leí que la temperatura máxima podía alcanzar los 27ºC. Unos jeans y tennis. Llegué al taller y, aunque sólo éramos cuatro personas, el calor se encerró. De ahí me fui por un café frío, por aquello del calor. Entonces esperé el metrobús en la estación Bombilla. Craso error. El transporte tardó 20 minutos en llegar y, cuando lo hizo, venía atascado de gente, de manera que me empujaron para entrar. Tardé 40 minutos en llegar a la estación Chilpancingo. Todos, yo incluida, sudábamos como marranos y el camión apestaba. Cuando llegué ya no me dio tiempo de pasar a la oficina porque tenía que ir a Polanco. Entonces me subí en el metro, transbordé a Tacubaya en la línea naranja, y el andén estaba plagado de gente porque quién sabe cuánto tiempo hacía que no pasaba el metro.
Busqué una ruta alterna: me fui a la línea rosa, me bajé en Chapultepec. Ahí tuve que esperar 16 minutos a que arrancara el microbús que me llevaba. Calor, calor, calor.
Luego, llegué. Comí en el VIPS con una amiga. Salí de ahí, regresé a la oficina. Calor, calor y más calor en el metro. En la estación Polanco no pasaba el metro. Otros veinte minutos. Al fin llegué a la oficina. Trabajé. Me fui a la UNAM para empezar a ver información de la tesis. Metrobús. Vacío. UNAM. Pumabus. Tardó trece minutos en llegar. Me subí. Estuvo parado cinco minutos (¿de cuándo acá el Pumabus hace base afuera de la estación del metrobús?). Leí. Dolor de cabeza. Ropa pegada. Calor. Calor. Calor. Caminemos a Copilco. Noche. Fresco. Metro Copilco. Asiento (yeah). Balderas. Transborde. Tarda en llegar. Andén lleno. Afortunadamente puedo entrar en el primero. Se queda parado. Gente por todos lados. Se apagan las luces. Se apaga el ventilador (minuto siguiente: sudamos otra vez como marranos). Una mujer trae puesta una chamarra de piel (¿quiere bajar de peso con tanto sudor? ¿O únicamente quiere que vomitemos por el hedor que despide?) Calor. Calor. Mi antebrazo roza la chamarra de piel. Guácala. Me voy a desmayar. No, no. Ya llegué. Camino a mi casa. Calor. Calor. Dolor de cabeza inminente.
Maldito cambio climático.
5 comentarios:
Manbearpig
¿Quién podrá defendernos?
Manbearpig...
jajajajajaja qué buen capítulo.
Todo puede pasar en la Ciudad de la Esperanza...
Siii, esta de locos esta ciudad...
No mames, la sufri contigo, q horror! Y es q ya somos tantos que en todos lados es asi, y como dices, un hormiguero donde este clima no ayuda en nada... bueno... a ver como nos va, y por esos cambios tan feos tiembla como anoche! jaja fatal esto...
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