viernes, 15 de mayo de 2009

Robertitooo

Roberto es un amigo mío que conocí en la universidad. Los dos estudiamos lo mismo. Desde primer semestre entramos al "dream team", y todos éramos tan creativos que al final resultó ser una pesadilla. Pero la relación, poco a poco, se convirtió en amistad. ¿Qué teníamos en común? En realidad muchas ganas de superarnos. Lo supe de él en quinto semestre, cuando platicábamos mientras realizábamos el cortometraje La Frontera

En gran medida, le debo a él la decisión de buscar la expansión de mis horizontes. Aunque es cierto que él tiene un cuadro de calles a la redonda para salir (jajaja), la realidad es que tiene sueños internacionales. Quizá haya que ir a Canadá a encerrarse en un cuarto con una tele, una computadora y una consola de PS3, pero el punto es lo que va después.

Me imagino la cotidianeidad con él. En algunos momentos aburrida, otros divertida, otros tensa. Me imagino mi cuarto hecho un desastre y el de él ordenadísimo. Aunque diga que va a recoger mi desmadre, también me lo imagino perfecto enojado porque no quiere recogerlo... porque él no hace tiradero y lo demás sí. Volverá a decirme: "Ya cállate Charbelí, estás poniendo las cosas muy tensas", algunos días en broma y otros días en serio. Quizá nos pelearemos por usar el televisor, y yo le eche en cara que deja muy sucia la ropa. La convivencia de tres personas que no han vivido juntas toda la vida debe ser muy complicada. Pero la espero con ansias. Me gustará ver cómo nos convertimos en lo que seremos, y voltear de vez en cuando a ver de dónde llegamos, a ver cuál es el punto de partida, y el punto de llegada.

El punto es lo que sigue... es hacer lo que sigue presente. El punto es tener una casa minimalista y litografías de Alphonse Mucha y muñecos de Final Fantasy en un lugar distinto. El punto es soñar que, dentro de unos años, sus storyboards se vendan en libros y sus sus personajes se conviertan en figuras de acción a la venta para todos. El punto es que, dentro de unos años, un niño se convierta en joven y luego en adulto, harto de despertar todos los días en la desesperación, y quiera cambiar, y quiera trasladar sus storyboards y sus muñecos de acción de Roberto Martínez a algún lugar donde le sea posible triunfar en la vida, y sirva de inspiración para alguien más...

Creo que de eso se trata ser grande en la vida. De inspirar a los demás. De inspirar a uno solo, y si son más qué mejor. Por eso creo que Roberto es grande, porque inspira y se inspira, aunque sea dentro de sus cuatro cuadras, aunque sea en su casa. Aunque en algún punto se convierta en Yes man.