Pocas cosas tan difíciles como sobrellevar la decepción. Pocas cosas tan difíciles como mirar a quienes creemos de una manera, y darnos cuenta que realmente son de otra. Aunque a veces lo sospechamos, aunque a veces es difícil, el hecho es que cuando realmente nos enteramos de la verdad todo cambia, aunque ya lo supiéramos, lo doloroso es comprobarlo.
A mí me ha tocado comprobar mis sospechas muchas veces y en muchas circunstancias distintas. Y siempre es doloroso. Siempre me lastima. No el hecho, sino la falta de coraje de aquellos de quienes me he enterado para enfrentar lo que son. No puedo con eso. No puedo con ese tipo de gente. No la entiendo, y más allá de no entenderla sufro porque no son capaces de aceptarse y van por la vida fingiendo ser quienes no son, y pretendiendo que los demás creamos que son lo que no son.
¿Por qué estoy rodeada de esta gente? No lo sé. No lo sé. No quiero darles la espalda, pero me desconcierta tanto su falta de cariño, su falta de respeto por sí mismos. No es que los demás los juzguen. Es que ellos se juzgan a sí mismos.
0 comentarios:
Publicar un comentario