jueves, 5 de abril de 2007

Retrasos

Jajaja, puros retrasos conmigo... La verdad es que no he escrito porque no he tenido ni un poco de tiempo disponible. Esta semana, que en teoría debería ser una semana de vacaciones, ha sido una semana de trabajo.

¿Qué clase de trabajo? Pues talacha. ¿Para qué? Para el cortometraje que hay que presentar para el segundo parcial de la materia de Cine. En realidad he estado en la loca desde el viernes pasado porque vimos One hour photo y discutimos algunos asuntos sobre el mismo. Después el sábado salí con Aimeé y el domingo otra vez a ver cosas del corto.

El lunes volvimos a reunirnos para hacer la escenografía, y uno de mis amigos me hizo favor de regresarme a mi casa adonde llegué a las 3.30 am. Es decir, esa jornada duró 23 horas sin parar.

Al día siguiente no trabajé con mi equipo, pero sí trabajé con otro que está haciendo un cuento mío y cuyos integrantes son mis amigos entrañables. Ayer volví con mi equipo con quienes sostuve una conversación intensa y productiva, y después de eso vi la película de 300.

La verdad la verdad, sí me gustó. No sólo porque los hombres verdaderamente le hacen justicia a la fama estética de los griegos -¡qué bárbaros! sólo por los cuerpos perfectos de esos hombres vale la pena la película-, sino también por la trama, las tomas, la caracterización. En fin, la verdad la disfruté.

Ayer fue un día de muchas imágenes. Es decir, de muchas que valen la pena. Por ejemplo, ayer estaba en el metrobús acompañada de cinco hombres, y uno de ellos, que es chiquito de edad pero mucho más alto que yo, no podía pasar con la tarjeta del metrobús a la que todos le habíamos cargado el pasaje. Entonces yo fui a auxiliarlo, porque el pobre tenía cara de angustia. Me di cuenta que el aparato ya había registrado el pasaje y le avisé que ya estaba el torniquete liberado para que pasara, pero lo moví un poco. Él terminó de moverlo y no pudo pasar. Todos nos reímos -aunque quizá no sea tan gracioso escribirlo-.

Este niño, quien es en realidad un adolescente de 14 años, conserva la sinceridad pura y propia de la infancia. Jajajajaja, posteriormente, cuando veíamos 300, mientras decapitaban a un personaje y otro se acercaba a él para llorarlo, él preguntó: "Pero, ¿qué agarras primero: la cabeza o el cuerpo?" En cualquier otra persona esa pregunta habría sido estúpida, en él es sincera y uno se da cuenta que en realidad no hay vestigios de estupidez en ella, pues la misma persona fue partida en dos.

Por último, la misma persona de la que hablo en los párrafos anteriores provocó que nos carcajeáramos por alrededor de quince o veinte minutos, sólo por no decir nada.

Sí, después de todo, ayer fue un buen día.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras no sea otro tipo de retraso esta perfecto jajajajaja no es cierto!!

te quiero danila!!