lunes, 27 de octubre de 2008

Libro viejo

Hoy estuve en la biblioteca central de la UNAM. Sin duda un gran lugar para comenzar con la tesis -¡Al fin!-, la biblioteca reúne varios elementos de los que carecí en la vida universitaria y que pueden fomentar mi constancia y avances en el documento que me hará acreedora al título profesional.

El ambiente es maravilloso. Me fascina llegar y estar entre tantos, tantos libros. Pasear entre los estantes que albergan conocimientos diversos y específicos. Estudiar entre la gente que toma con seriedad la academia, que está ahí porque lo decidió, como debería ser en la Universidad.

Cuando estaba por marcharme encontré un libro de 1948. Sus páginas eran amarillas y quebradizas, y olían como huelen las librerías de viejo. La edición se titulaba Cuentos crueles, y tenía una tipografía grande y con patines.

Me encantó. Fue el culmen de un día de avances.

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