martes, 5 de junio de 2007

The perfect day...

Hace mucho que no tenía un día perfecto. Hace mucho que buscaba estar con la gente que quiero y que sé que me quiere. Que una cerveza no me sabía tan refrescante y la abundancia no tocaba mi puerta.

Hoy fue un día perfecto…

Por mis amigos, por el sabor dulce de un abrazo, por la sorpresa de un café unos carteles que me anuncian que hay gente que me quiere, por los 21 años de casualidades para que hoy fuera armónico. Por un cuento sobre un hada, porque nunca me había sentido un ser mitológico, y hoy me honra ser la fantástica y mítica Danila, que le tiene miedo a un libro que sólo se atrevía a acariciar en los estantes de las librerías y, hoy, por la fantástica celebración del crecimiento, tiene en sus manos como símbolo de que a mi amigo le importan esos 21 años de camino para que me lo regalara.

Hoy ha sido pastel y Sabritas en la inefable verdad del cariño mezclado con coca cola y sueños vivos repartidos en el concreto fuera del estudio de televisión. Hoy es magia en la ternura de mis bondadosas amigas, aún cuando una de ellas se siente destrozada por el amor fallido. Hoy es irreverencias divertidas y otra vez ternura en la irreverencia. Hoy es Danae. Hoy es la faldita de mi amiga y el mensaje en su teléfono. Hoy es el juego de miradas de quien se sabe todas mis anécdotas y aún se ríe cuando vuelvo a contarlas. Hoy somos lapas. Hoy es café y sonrisas del mesero extraño. Es cena con la gente que más quiero en el mundo, color violeta y estrellas, donde no importa el lugar sino que quienes están ahí sostienen mi mundo. Hoy es un paseo por lugares horribles que se convierten en libertad y alcatraces cuando mi mamá y mi hermano lo tocan con su sonrisa.

Hoy es el guardián eterno que escribe que uso el arco iris de los duendes como sonrisa. Hoy es una muestra de fe de aquellos a quienes a veces, inconscientemente, les recrimino nimiedades.

Hoy cumplí 21 años.

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