domingo, 10 de junio de 2007

Ulises

La semana pasada un gran amigo me dio un gran regalo: El Ulises, de James Joyce. No sólo es un gran regalo porque es un gran libro, sino por el significado que justo esa novela tiene para mí.

No la he leído. Porque no me atrevo. Incluso ahora que la tengo en mis manos, acaricio la pasta y, como un ciego que lee braile procuro aprenderme el contorno de la figura en relieve de la portada.

Después abro el libro y lo contemplo. Pienso que ya quiero terminar de leer "Las palmeras salvajes" para poder adentrarme en la mente y el día de Leopold Bloom.

La verdad es que ya empecé con la introducción del traductor y me horroricé: una explicación de la exageración en la dificultad de traducir al libro al castellano. Pero la verdad es que pone fragmentos en inglés y yo no entiendo nada.

Siento el miedo recorrer mis sentidos. El respeto que me inspira Joyce se obvia en mis poros. Escribir sobre esto me ha costado mucho tiempo de reflexión.

Recuerdo las declaraciones de Sabines, donde claramente expresaba la influencia de Ulises para él.

Me siento como entrando a un pasaje muy difícil de la vida.

Todo eso representa Ulises para mí.

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