martes, 23 de septiembre de 2008

Love always remains

Cuando estaba en la preparatoria tenía un maestro de Historia de las Culturas que, cuando nos hablaba de mitología griega, nos dijo que el amor no moría, sólo se transformaba para poder seguir viviendo. Mi ejemplo favorito era el de Narciso y Eco: Narciso estaba enamorado de su reflejo y, por verse en el río, se muere. Cuando se muere su materia se convierte en una flor que lleva su nombre.

Eco estaba enamorada de Narciso. Tal era su amor que descuida sus obligaciones como ninfa y es castigada: por toda la eternidad tendrá que repetir la última palabra de quienes anden por el bosque.

En ambos casos la materia se transformaba -en una flor o en sonido- para que el amor pudiera seguir existiendo. El amor, por su parte, también sufría una metamorfosis.

Aquella lección me dejó maravillada. De alguna manera alimentaba mis creencias adolescentes y románticas de que el amor perdura, a pesar de todo, perdura.

Sin embargo, nunca viví la teoría sino hasta el sábado pasado.

No cabe duda que a uno le cuesta mucho trabajo dejar el orgullo absurdo detrás y admitir que quiere y que le importa otra persona, sobre todo si su relación ha estado por apagarse en muchas ocasiones y si se han hecho mucho daño... Pero yo lo admití el sábado. El sábado pasado me di cuenta de que me he cambiado y por eso el cariño perseveró. Como yo, el amor se transformó en afecto por el recuerdo. Cambió de categoría. Dejó de ser doloroso para convertirse en un recuerdo fantástico de una época vivida intensamente.

Ya no me duele. El sábado pasado fue, si que yo lo quisiera, la prueba de fuego de que, de mi parte, ya no quedan rencores ni palabras más que éstas que escribo ahorita... y entonces esas lecciones de la preparatoria se grabaron en mi piel y en mis pensamientos con más pasión que siempre.

Al final, como diría Amado Nervo sobre el dolor, lo ha dorado el sol del recuerdo y me veo resplandecer como creí que jamás sucedería.

El cariño estará siempre, pero ya no hay añoranza, ni sufrimiento, ni lamentos por lo que no fue. Sólo está la felicidad de lo que sí.

De la misma manera... esta canción adquirió todo el sentido del mundo...

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