martes, 2 de septiembre de 2008

Un año

El pasado 31 de agosto cumplí un año trabajando en la empresa para la que trabajo actualmente. Laboralmente no ha pasado mucho. Sigo teniendo las mismas responsabilidades, es una labor cómoda, de medio tiempo, así que, ahora que ya no estoy estudiando, se podría decir que vivo en una vacación parcial.

Lo que me sorprende en realidad es cómo puede haber una persona a la que muchas le tengan miedo. Que sea como una vaca sagrada intocable, pero al mismo tiempo se quejen de la vaca a sus espaldas.

Todo este año me he quedado sorprendida de darme cuenta cómo esta persona consigue todas sus peticiones. Hasta los altos mandos la consienten. Es una persona implacable por la que la gente, incluso, se salta los procedimientos.

No digo que pida barbaridades, porque muchas veces, efectivamente, pretende asuntos que se resolverían de manera más eficaz con lo que ella propone, lo que me asombra es su influencia, en quien sea y, aunque por atrás se quejan, de frente todos asienten a sus peticiones.

TRAS. Un año después, ese fenómeno sique asombrándome...

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