martes, 10 de marzo de 2009

Amistades

Hoy vi a una amiga mía de la preparatoria. Desde mediados del año pasado estuvimos distanciadas, al grado de que pensé que quizá la separación sería definitiva. Recuerdo, incluso, haberle comentado a otra persona que quizá ella y yo sólo teníamos un tema en común, y ese tema se agotaba a medida que el tiempo transcurría. Asimismo, recordaba las sabias palabras de mi mejor amiga en el mundo, la ninfa que una vez me dijo: "las personas se van de tu vida porque ya no tenían nada que aportarte, y tú no tenías nada más que aportarles".

Seriamente pensé que así sería con ella. Es decir, con la amiga que vi hoy. Honestamente iba un poco a la defensiva. "Otra vez hablaremos todo el tiempo de ese tema que no pasa a la historia". La idea no se apartaba de mi cabeza...

Y sin embargo, hoy fue completamente distinto. Al fin conversamos sobre otros temas, mucho más interesantes que lo que, en una época, se distinguió como lo único que teníamos en común. Hoy, por primera vez desde que somos amigas, sentí que era completamente honesta conmigo. No era que antes pensara en su deshonestidad, es que sólo ahora me di cuenta de cómo se siente su franqueza, su autocrítica y su reconocimiento. Y de pronto recordé cuán cerca la sentía en preparatoria. Con sus confesiones volví a experimentar aquella sensación de pertenencia que me llenaba de tranquilidad en preparatoria. Me sentí halagada por las cosas que me dijo a mí, a nadie más.

Hoy me di cuenta que ella y yo todavía podemos aportarnos muchas cosas, y que lo que pasó sólo fue un bache, que tenemos mucho más en común que ese tema que en mi corazón palpita con violencia, pero que se está muriendo en realidad.

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