martes, 1 de septiembre de 2009

el ritual de los lunes

no me gustan los lunes. soy como Garfield. me chocan. es volver a la costumbre del trabajo que se rompe con los maravillosos fines de semana. volver a los cinco días en los que todo es igual.

o así veía antes los lunes. no es que me encanten, pero existen tres actividades de lunes que me fascinan y que, no importa cuán rutinarias sean, siempre traen consigo experiencias diferentes.

Siempre que salgo de la oficina un café que pertenece a cubanos está abierto justo en la esquina de Cholula y Eje 4 para recibirnos a mis amigas y a mí. Generalmente va una o la otra, pero qué gusto es atestiguar el cambio de día a noche, de conversar con Jesús, que siempre quiere que vayamos a su bar en el fin de semana, de tomar un té que se enfría rapidísimo a pesar de que la taza tiene tapa. Me encanta. Sin importar si tenemos mucho que decir, si es relevante o no, para mí el día comienza justo en ese momento, a las 6:30 o siete de la tarde, cuando Mari o Penny (generalmente siempre Mari) hacen su aparición entre los claroscuros propios de los últimos minutos de sol.

Y luego nos vamos a clase de tango. Ya he hablado con anterioridad sobre las clases, así que sólo diré que cada vez me gustan más. Los pasos se complican y las emociones se revuelven, aunque las mías generalmente dan como resultado las ganas de regresar a la semana siguiente. No lo cambio por nada. O si lo cambio es solamente porque resulta estrictamente necesario. Ocho meses completitos en clase. He faltado solamente dos veces. Es increíble. El tango es increíble. Dos cuerpos que se comunican tanto. que luchan. que pelean consigo mismos y con el otro y se elevan en una expresión de sensualidad y de pasión desgarradoras. yo todavía no llego a ese nivel de expresión, pero me encanta el camino.

por último regreso con mi buen amigo. conversamos. conversamos. conversamos. me bebo los últimos instantes de lunes en sus palabras y en mis respuestas, o viceversa. llego a mi casa, plena por mi día corto, de tan solo cinco horas y media, pero súper bien aprovechado, bien vivido, lleno de alegría. y cierro los ojos y descanso.

1 comentarios:

Maricela dijo...

El lunes de tango no me sabe sin el cafecito y la platica antes de cada clase!!