domingo, 4 de abril de 2010

Volver a la infancia 1

A diferencia de gente que admiro mucho, como mi mamá o mi hermano, yo no tengo el privilegio de recordar muchas anécdotas de mi vida. Sobre todo de la infancia, a veces me da la impresión de que me lo contaron, o de que yo era testigo de mi vida, y no protagonista.

En fin, este mes intentaré hacer un esfuerzo por recordar los detalles que hicieron de mi infancia un gran recuerdo -la verdad es que sí me acuerdo de la infancia con mucha felicidad-. Empecemos por esta entrada:

En casa de mis abuelitos había un librero color café muy grande y alto. Lo veía con mucha curiosidad porque guardaba un libro con historias maravillosas que mi mamá solía leernos. El libro, si mal no recuerdo, estaba casi deshojándose y era el más grande que había visto jamás. Tenía cuentos e ilustraciones para cada cuento. No estoy segura, pero en mi memoria las ilustraciones están en blanco y negro y la portada y la cuarta de forros en color morado.

Mi cuento favorito era el de Pulgarcita. Me gustaba muchísimo.

Aquel libro me reconfortaba, ¡me hacía sentir tan feliz! Conservo aún la imagen de mi mamá leyéndome Pulgarcita y explicándomela con lujo de detalles.

Qué bien se siente ser niño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo mágico de recordar la infancia o mejor, lo importante de hacerlo, es permitirnos conservar esa esencia de niños que nos permita seguir siendo sensibles en un mundo cada día más superficial.

Charb dijo...

Estoy completamente de acuerdo con usted Mr-Allanpo. ¿Tú no tienes un blog o algo?

Anónimo dijo...

Tengo una páigna en la web pero apenas le estoy dando forma. Falta mucho por enriquecerla aún.