sábado, 17 de diciembre de 2011

Cartas de amor a Nora Barnacle- James Joyce

La musa de James Joyce
La musa de James Joyce


James Joyce es uno de los escritores más enigmáticos de la literatura universal. Los críticos están polarizados en cuanto a las opiniones sobre la obra de este autor: o lo adoran o lo satanizan.

Aunque hay quienes afirman que ni siquiera Joyce entendía su obra, la realidad es que está plagada de simbolismos y del amplio bagaje cultural que poseía. Desde los títulos podemos corroborar esta última afirmación: Joyce nombra Ulises a la narración del Bloomsday (llamado así porque el protagonista se llama Leopold Bloom). En esta novela, considerada por muchos como la mejor  del siglo XX, Joyce describe el día de Leopold hasta que regresa a la cama de su Penélope, encarnada en Molly Bloom, una mujer infiel y errante.

Pero en esta ocasión quiero enfocarme a las Cartas a Nora Barnacle. James Joyce la conoció en Dublín y se enamoró de ella. Nora Barnacle fue su compañera de vida, la madre de sus hijos y su cómplice en cuantas ideas pasaran por la cabeza de Joyce.

Las cartas abarcan un periodo extenso, del 15 de junio de 1904 al 3 de junio de 1920. Desde la primera, James Joyce establece la pauta del amor que sentirá por Nora: “Debo estar ciego”.
Me parece que para entender la obra de Joyce, entre otras cosas, es crucial que el lector entienda su relación con Nora ya que muchos de sus personajes femeninos están basados en su musa inspiradora.
Las cartas nos invitan a la intimidad de Joyce y Nora. Aunque en ellas no están las contestaciones de la segunda, podemos inferir que ella le da pie a que él le escriba así, con pasiones claras y referencias sexuales explícitas.

Aunque Nora fue una mujer sencilla, fue el sostén de uno de los genios literarios de todos los tiempos, y por ello merece todo el respeto y admiración.
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Charbelí

P.D. Si no eres tolerante, ni siquiera las hojees, tiene referencias específicas a fetiches como coprofilia.

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