lunes, 17 de agosto de 2015

Nocturno en desesperación

Te sueño. Todavía. En mis noches de letargo o ante la incertidumbre de tu presencia en los lugares en los que comúnmente te encuentro, te sueño. Mi inconsciente saca la frustración de mi timidez, aunque al mismo tiempo me da aliento para seguirte añorando.

En esta desesperación de dejar lo que no existe, ante la inminente de realidad de que no existirá jamás, he llegado a preguntarme cuándo será el día en que alguien te encuentre. Una mujer más astuta que yo, que tenga la lupa puesta y se dé cuenta de que eres una joya auténtica en exhibición.

Sin duda, cuando ocurra, sentiré el yugo del dolor. Toda yo me convertiré en pecho oprimido. Me preguntaré constantemente si esa pude ser yo, con la duda en la sangre corroyendo más a mis órganos impíos. Lloraré rabia, envidia y tristeza, si acaso no estoy por llorarlas únicamente ante la idea de que eso pueda suceder. Sin embargo, una parte de mí ansía que alguien te encuentre y me ayude a salir de este letargo de años. Que dejemos de hablarnos, porque ya está ella y yo seré nadie, como nunca he sido, como nunca seré.

¿Cuándo será el día que tu nuevo alguien me arranque de tajo estas ilusiones, pues por más que trato de reprimirlas, afloran en las noches y se me marchitan en los días? Por más que intento, parece que el tiempo pasa y la invención de ti se adhiere a mis entrañas. ¿Cuándo será el día que te vuelvas real? 

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