Uno puede tener días perfectos. Días que llegan en medio de tempestades y se llevan el mal tiempo. Días que cargan de energía incluso al más apático. El viernes yo era la más apática. Ni siquiera tenía ganas de asistir al día perfecto. Me sentía mal, molesta, triste, frustrada.
Pero sí lo tuve. El esoterismo de Tepoztlán, pueblo mágico, encendió mis ánimos.
El día perfecto. Las personas correctas para que ese día perfecto se llevara a cabo.
2 comentarios:
El día hubiera sido más perfecto, si en vez del esoterismo hubieras buscado la iglesia. :)
¿Quién dice que no la vi? Todo, todo esoterismo.
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