domingo, 24 de diciembre de 2006

Ghosts

Las próximas entradas se tratarán acerca del pasado como gran contenedor de personajes.

Será porque en pocas semanas, y con previa autorización de su servidora, mi querido lector, me alcanzará durante algunas horas probablemente incómodas, en un lugar determinado, el pasado encarnado en personajes.

Veré a mis fantasmas del pasado, y en sus ojos se dibujará mi cambio y su estupefacción, ésa que surge a partir de un enncuentro que se sabe inevitable pero se quiere ver lejano.

¡Vaya manera de iniciar el año! Pretendiendo repasar el pretérito, con miras al futuro incierto.

Pero el futuro siempre es presente. Lo he dicho desde hace mucho y ahora más que nunca me aferro a esa conciencia. Planeamos para un presente anónimo, que no llega -por eso le llamamos futuro- pero que esperamos vivir plenos, y una vez vivido no recordamos que el presente algún día fue futuro.

Hace un año no me imaginaba que mis fantasmas del pasado justamente serían aquellos a quienes yo mantenía tan presentes. Hace diez meses mi futuro planeado nada tenía que ver con el que estoy viviendo, y menos me imaginé que una rosca de reyes adquiriría tanto sentido y tanta carga emocional como la del 2007 adquirirá.

Es esta vida en sí misma un personaje, uno que se divide en tres: presente, pasado y futuro... y el primero y el tercero son efímeros, pero los marca el pasado.

Lo único que entiendo es que todavía no me hace gracia mirar lo que dejé atrás, lo que en poco tiempo me alcanzará.

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