jueves, 20 de diciembre de 2007

El Otro Errado strikes back...

Ayer hablé por teléfono con una gran amiga que hice en el CUM, y me dijo que la cena de Navidad de los amigos de la preparatoria que ya no son mis amigos se llevó a cabo el sábado pasado.

Charbelí: Ah, ¿y qué tal estuvo?
Amiga: Deja eso, eso luego te lo cuento, ¿quién crees que preguntó por ti?
Charbelí: ¿Quién?
Amiga: Pues el Otro Errado...
Charbelí: Ay no lo puedo creer.
Amiga: Sí claro... pero fíjate, me preguntó, ¿cómo está la chismosa?
Charbelí: ¡Qué cabrón! ¿Empleó la palabra "chismosa"?
Amiga: Bueno, no ésa, pero no me acuerdo cuál. Una parecida.
Charbelí: ¡Ay imbécil! Bueno... ¿y luego?
Amiga: Bueno, el punto es que yo le contesté que no sabía de quién me hablaba, y después ya me preguntó por ti: "O sea, ¿y Danila -Danila es mi primer nombre-". Yo le dije: "Ay está súper bien... fíjate que está trabajando, súper contenta, le está yendo increíble en la vida"... "Mmm... oye, ¿y ya por fin sale con alguien?"
Charbelí: ¿Así te lo preguntó?
Amiga: Así, textual. Entonces yo le contesté: "Sí", y algún sordo preguntó: "¿Qué? ¿Que ya tiene novio?" Y yo no contesté nada. Entonces el Otro Errado se puso como loco y empezó a preguntarme si ya tenías novio... pero me insistía, hasta que de plano le dije: "pues creo que sí". Todavía me pregunta, "¿y quién fue el valiente?" Y yo le describí a un tipo...
Charbelí: ¡No lo creo! ¿De verdad te dijo "y quién fue el valiente?" Hijo de la chingada.
Amiga: Sí, pero no sabes cuán ardido se escuchaba. Increíble que ya van a ser dos años y no te supere...

Mmm... en realidad yo tampoco lo he superado. Que hable de mí el Otro Errado me da coraje, pero también se mezcla con el gusto de que ya serán dos años y el hombre no me ha superado y sigue acordándose de mí. No sé si será masoquismo, pero me encanta pensar que dejé huella. Que su corazón se rompió tanto como se resquebrajó el mío -aunque tal vez nunca sepa en qué sentido-. Que le duele que me haya ido.

Por otro lado, es muy enfermizo eso de que sigamos. En enero se va a cumplir un año que no lo veo. En febrero se cumplen dos de la tragedia que cambió mi vida y bifurcó nuestros caminos. Y por lo visto él sigue tan aferrado al asunto como yo. Es triste que de pronto las aguas se calman y yo siento que se calman. Entonces comienzo a recordarlo como un buen hombre. El rencor desaparece y predominan las memorias agradables y lo extraño. Pero vuelve a hablar de mí. Vuelve a mencionarme y su ira reverdece, y con ella me doy cuenta que siempre se supera en odio. Luego me da coraje porque arruina mi transición de "te odio. Me lastimaste horrible" a "Qué bien me la pasé contigo..."

Sólo regreso a "Te odio. Me lastimaste horrible. Pero te extraño. Pero ya no me acuerdo de tu voz y cuando me cuentan lo que dices me imagino perfecto el tono de tus palabras... Ya no me acuerdo de tu rostro pero recuerdo cómo se te cerraban los ojos cada vez que inhalabas el humo del cigarro". Regreso a las contradicciones...

Maldito seas. Podrías haber sido el gran acierto de mi vida, y ahora sólo eres el Otro Errado.

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