sábado, 3 de mayo de 2008

Adiós

Tengo la teoría de que cuando uno sufre se da cuenta de su cambio porque se pone más atención. La autocompasión, la molestia, el enojo y la vergüenza nos hacen conscientes de que en la vida se ha dado una metamorfosis y que no volveremos a ser jamás como éramos antes.

Con mis acciones me doy cuenta de lo mucho que he cambiado. No de un mes para acá, cuando sucedió el acontecimiento que dejó en colapso mi vida por algunos días. Hablo del pasado más lejano que con el paso del tiempo, naturalmente, se convirtió en el pasado reciente, en el que culminó hace apenas un mes.

Un mes lúcido, sensato, doloroso. Bien dicen por ahí que la verdad no peca pero incomoda, y este mes de verdad ha desatado cualquier clase de emociones encontradas y casi increíbles. Todavía no digiero todo lo que he encontrado.

Si bien mi mente está bloqueada con lo que respecta a mi relación con el Boogie Man -a quien ya únicamente le digo así por respeto a mi intimidad, y a su identidad, que él ha sido tan celoso de preservar-, ha traído a superficie algunas otras reflexiones que empiezo a esclarecer.

He cambiado. Mi perspectiva sobre el mundo es distinta hoy que la de ayer. Ahora enfrento mejor mi lucha contra los miedos de la vida; es fácil que perdone pero es muy complicado que regrese al estado original de confianza. Para esa gente que lastima mi nueva postura, más allá del llanto o el coraje, es la indiferencia. Eso me hace más segura porque si pierdo gente en el camino será, efectivamente, gente que simplemente no tenía que estar en mi camino, ni yo en el de ellos.

Si tengo raspones porque el camino es sinuoso, no importa porque las heridas sanan aunque a veces dejen cicatrices. No siempre hay que ser tan intenso.

"All I want is the best for our lives, my dear
And you know that my wish is so sincere..."

Adiós rpc.

Bienvenida sanación

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