sábado, 3 de mayo de 2008

Desconocida

Sin duda, éste ha sido un fin de semana largoooo y yo he escrito muy poco por aquí los últimos días. Las excusas sobran: el trabajo, la sociedad, el entretenimiento, la escuela, pero ya estoy aquí dedicándole el tiempo necesario a mi diario virtual.

Debo confesar que el martes -¿sí fue el martes?- leí el blog de la abusadora y me topé con una carta interesante a una amiga suya que al parecer se está perdiendo. La abusadora quiere que sean desconocidas para así preservar la amistad y el cuidado por la otra.

Lo leí y de inmediato pensé en una amiga mía que últimamente se ha convertido en una desconocida para mí: con su voz estridente -llevada a la cabeza- interrumpe conversaciones para centrarse en ella; parece que está muy contenta y sin embargo le veo alguna falsedad en su capacidad para vencer el estrés. Busca amparo en sus amigos pero lo único que hace es dañarlos. Busca su placer y no le importa a quiénes aplasta en el camino...

No es la primera vez que hay problemas entre nosotras, sin embargo antes me los atribuía explícitamente, y yo luchaba porque nuestra amisad no se fuera al carajo mientras ella dudaba y se ocultaba y me dejaba de hablar por meses.

Ahora que soy yo la que siente que debería ser recuperada, la amiga está perdida y a) o no sabe que necesita rescatarme o b) lo sabe y no está dispuesta.

Yo tampoco estoy dispuesta esta vez. Llegué al límite. No soy perfecta pero con ella he procurado no cometer errores. He sido EXCELENTE amiga suya y ella siempre busca a quienes le dan la espalda de inmediato, y como si no fuéramos compatibles, para buscar a otros me da la espalda a mí.

Escuchar su voz y sentir molestia instatánea me hace darme cuenta que somos un par de desconocidas. Que yo ya no sé cómo ser su amiga y que quien era la mía está perdida, y tal vez nunca la encontremos otra vez...

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