Ya me di cuenta de que no necesito una sentimentomía porque justo lo que tengo es miedo de afrontarlos. Los he eliminado. Según yo, aquel estado era completamente sano: los anulaba en la vida cotidiana y afloraban en la escritura, es decir, en un proceso intelectual que necrsariamente implica racionalizarlos.
Éste ha sido mi problema desde hace muchos años, sin embargo se ha acentuado. Racionalizar las emociones, y canalizarlas todas hacia la escritura es buscar generar sensaciones estéticas, no las reales, no las que vivimos a diario.
No es que no las viva, es que las reprimo y las almaceno en un rincón del intelecto para después aprovecharme de ellas en el proceso creador. ¿Por qué no hacer ambas?, ¿sentir y generar emociones estéticas?
El problema, la razón del bloqueo, es que ya no me permito sentir en absoluto, ni para guardarlas y que afloren en mis cuentos.
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