miércoles, 21 de julio de 2010

Dark-sided

Tal parece, mi estimado lector, que éste es el blog de mis tristezas. Pobrecito, él que ha estado aquí al pie del cañón y yo nada más lo uso para desahogarme.

Tres días. Si sigo la lógica que me platicaron una vez, en tres días estará superado. Mientras tanto se agolpan muchos recuerdos en mi mente. ¿Cuántos recuerdos puede generar uno en tan poquito tiempo? Quién sabe.

A lo mejor no es la actitud correcta a asumir, pero por lo pronto, por los tres días al menos, quiero volver a esconderme en el caparazón. La coraza está padre. Las escamas me gustan, se me ven más intensos los ojos si es lo único que brilla desde el lado oscuro.

I'm a dark-sided. Casi siento que el mes que pasé en la luz me dañó la piel al grado de que casi desaparezco. Al parecer me queda mejor ser vampiresa que princesa.

Así que, una vez más, estoy en el lado oscuro. En el lado donde no se ve lo que pasa, donde los que estamos ahí no vemos lo que pasa. Y sí, es mucho más cómodo, y hallo en la oscuridad el refugio y la frescura de la noche, la que no me brinda el día. Pero me pregunto si la experiencia de la luz hubiera sido mejor de haber escogido otro protector solar.

Ahora me recluto en el ejército de la noche, el que no me da la espalda y he comandado por la mayoría de mis días.

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