martes, 31 de agosto de 2010

Vacaciones

Creo que necesito vacaciones de mi propio mundo. Adaptarme a las nuevas condiciones de mi cuerpo y mis circunstancias. Necesito ponerme en pausa para darme cuenta de que las cosas han cambiado. De que sigo cambiando... De pronto me siento como en una segunda adolescencia. Desde lo básico (mi cuerpo) hasta lo más complejo, de pronto es cada vez más obvio que me está sucediendo algo sin precedentes.

Así que necesito vacaciones de mi mundo. De la gente. Quizá de mí también. Quisiera tener una cueva en un lugar lejano para marcharme ahí en calidad de ermitaña. Un lugar donde no tenga que hablar, donde el silencio establezca un monólogo. eso necesito. mudarme. sólo unos días. o tal vez ahí me quede. tal vez sólo me lleve las cosas básicas, y ahora mi canasta ha cambiado. Le he incluido un elemento. uno sólo mío. aunque se supiera, seguiría siendo un secreto porque yo, nadie más que yo, lo conozco a plenitud. y me iría. adonde sea. adonde los brazos cortos sin alas me alcancen. si no hay cielo no importa. entonces en la tierra. quisiera caminar hasta que los pies ya no me den. y ahi encontrar mi cueva. no. no es esconderme. es irme de vacaciones. irme de vacaciones con aquello que quiero explorar, conocer a fondo. pero quiza, cuando esté allá, quiera irme para siempre.

quiero irme a la cueva y conocer por siempre.

1 comentarios:

Omar Tovias dijo...

Ah, siempre es necesario y sano tener ese tipo de vacaciones, hasta de las cosas que más nos gustan y amamos, es una forma de recordar y reafirmar cuánto valen para nosotros todas esas cosas que nos rodean. El estar en nuestra cueva nos refresca y nos descansa