domingo, 6 de marzo de 2011

Carrera Nike nosotras corremos 10 km

Así es. Ahí estaba yo a las 7.20 am en el infield del Hipódromo de las Américas esperando que diera inicio la carrera. Mi mamá me llevó. La playera dry fit me quedaba como ombliguera. Y sin embargo, nada de eso importó. De pronto era parte de un movimiento de miles de mujeres que, como yo, viven en la ciudad de México y estaban dispuestas a correr/trotar/caminar por tan diversas razones como cantidad de personas estábamos ahí.

Yo salí en la categoría de más de 60 minutos. En medio del bullicio y de la multitud. Daffne y yo trotamos a la salida y, poco después yo disminuí el paso y ella se me adelantó. Ahí estaba yo, los kilómetros por delante. La corredora ganadora de la carrera venía de regreso ya cuando yo apenas empezaba.

Agradezco muchísimo a mi mamá que siempre ha sabido que soy capaz de esto y más, sin importar que yo lo dude a veces. A Daffne y a Dalia que han sido mi inspiración para hacer esto. A la gente que estuvo hoy, desconocidos todos pero que me echaron porras con tanta familiaridad. A las niñas que gritaban "sí se puede" y cuyas palabras de aliento me llenaron de la energía necesaria para empujarme al kilómetro 10.

Sobre todo, agradezco a mi cuerpo, porque he sido muy ingrata con él, lo he maltratado mucho y sin embargo hoy me demostró que no hay nada tan místico y satisfactorio como conectar la mente con el cuerpo.

Hoy, a pesar de haber hecho una hora 51 minutos y quedarme en la cola, siento que le si alas a mi cuerpo y que mi alma y él se encontraron en un estado puro se libertad. Cada gota de sudor me costó hormigueo en los pies y un par de ampollas, pero me trajo también muchísima satisfacción. Quiero seguir contactando con cada una de las partes de mi cuerpo.

Este fue solamente el principio.

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