martes, 6 de marzo de 2012

Dormir

Lunes en la noche y yo estoy cansada. Martes en la tarde y apenas puedo sostenerme en pie. Miércoles. Clase de siete. ¿Había tarea? Viernes. Solo quiero llegar a mi casa y dormir. Sábado. Tengo tarea de Latín y trabajo atrasado. Domingo. Tres de la madrugada. ¿En serio sigo despierta y mañana tengo clase de ocho? Ah no. Es lunes. Pero es que los días duran 29 horas. De verdad. Y luego, Gallo. Al menos leí un poco de la novela. Pero un poco. La próxima semana empiezo a trabajar desde el lunes para no llegar al domingo así. No importa. Leo. Leo. Hago tarea. Trabajo. Toda la semana. Una licencia. El sábado quiero tener tanto la tarde como la noche libres. Domingo. Otra vez se me acabó el domingo. Es lunes. Es lunes en la madrugada. ¡Otra vez! Clase de ocho, de once, de dos, de cuatro y de siete. Y de seis a siete añoro, por única vez en el día y en la semana, y en la vida, un coche. Con el único propósito de dormir más. Dormir más. Dormir. Dor... Zzz

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