sábado, 21 de julio de 2012

Bruno, el genio

Entonces, el niño rozagante de cabello de castañas, piel tornasol, ojos inmensos color pantera, creció para convertirse en el hombre guapo, fuerte por dentro y por fuera, esbelto, que aún mantiene esa mirada color pantera, tierna a veces como cuando era pequeño, feroz otros días a causa de las experiencias que lo han marcado.

Hoy cumple años. El hombre más complejo y fascinante que conozco, más divertido y al mismo tiempo el más ansioso, ahora sí ya no es un niño.

Siempre hemos sido cómplices, aun cuando no nos compartimos tanta información, cuando guardamos celosamente las palabras que sustentan nuestras acciones, aun así yo cuento con él, y sé que él sabe que cuenta conmigo.

Nadie puede hacerme reír tan silenciosamente como él: cuando las carcajadas han dado paso al dolor de estómago y la risa ya no emite sonidos... es que, también, mi hermano ríe y parece que el mundo entero es el eco de su hilaridad. Mi hermano llora y parece que la vida entera se entristeció con él.

Recuerdo con amor cuando, de niños, me sacaba a bailar donde fuera. Cuando me abrazaba sin importarle el lugar. Siempre tan tierno, y yo siempre tan fría, siempre tan protector, siempre tan hombre.

Es el más talentoso de toda mi familia: escribe con gran sensibilidad, cocina delicioso, danza como gran bailarín, canta bien, y por encima de todo, es un gran pensador y un historiador excepcional.

Entre todas las anécdotas de cuando éramos niños, me quedo con una en la que yo tenía hambre y, a los cinco años, mi hermano puso un banquito, prendimos las hornillas de la estufa y me hizo de comer.

Un día, cuando estaba muy, muy chiquito, mi mamá lo vio sentado mirando hacia el techo. Su solemnidad la sorprendió.

—Bruno, ¿qué haces?
—Estoy pensando, mami.

Siempre será un misterio para todos qué piensa, pero también es tan grato cuando nos lo comparte y uno se da cuenta de que está hablando con un genio.

Feliz cumpleaños, genio Bruno, mágico.

0 comentarios: